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Crítica de música

Bajo el signo de Marston

Reseña del concierto de Aurea Marston en la Sala Unicaja María Cristina

Recital de Aurea Marston, soprano y Cornelia Lenzin, piano.

Temporada de conciertos de la Sociedad Filarmónica.

Programa: obras de R. Strauss, A von Zemlinsky, A. Berg, C. Debussy, M. Rabel y J. Turina

Sala Unicaja María Cristina

El octavo programa de la Sociedad Filarmónica de Málaga reencontraba al público malagueño con la exquisitez de la soprano suiza Aurea Marston acompañada en el piano de Cornelia Lenzin dos temporadas después de aquel mítico recital. Si entonces el repertorio estuvo construido sobre la base del lied alemán de Schumann, Wagner y Mahler, en este último recital lo fue contando con la inevitable cita de la canción alemana, en la primera parte, con páginas de Strauss, von Zemlinsky y Berg en continuo diálogo con el lied francés de Debussy, Ravel y un sorprendente Joaquín Turina en la segunda.

Si en el recital de hace dos años el hilo conductor destilaba claves en femenino, en el concierto del pasado jueves, en la Sala María Cristina, los últimos destellos del romanticismo entraban en diálogo con los albores del siglo pasado y todo ello de la mano de esta sólida e iluminada cantante que es Marston capaz de deambular por distintos registros destilando técnica vocal y una extraordinaria convicción tanto expresiva como dramática con la que sella sus interpretaciones. Marston, consciente de la importancia del texto, en las páginas seleccionadas, dentro de la línea musical no se limitó al simple deglutido para acercar los pliegues, perspectivas e inflexiones de los autores sobre los que construyeron sus canciones los compositores protagonistas de este programa de cambio de siglo.

R. Strauss abriría el recital con dos canciones, una de juventud extraída de 'Des Knaben Wunderhorn' para continuar con una obra de despedida firmada por el músico alemán en el cuarenta y ocho 'Al irme a dormir', donde destacaron las notas medias-altas arropadas por el piano de Lenzin a modo de página sobre el que a soprano dibujaba.

La Perspectiva de von Zemlinsky y sus 'Seis valses sobre canciones populares Toscanas de Gregorovius' entablaron conversación con el primer A. Berg quien incitado por el propio A. Schönberg escribiría sus 'Siete canciones tempranas'. Páginas de contrastes donde la ingenuidad casi belcantista de von Zemlinsky contrasta con el afilado de Berg que Marston resolvería no sólo desde la perspectiva técnica -fraseo, apoyo, fiato…- sino también atendiendo a las propias singularidades dramáticas de estos lieder.

Cuando parecía que todo estaba dicho, lo mejor vino en la segunda parte, con la soberbia 'Noche estrellada' de Debussy o los destellos de 'La flauta mágica' de Ravel allanando el camino hacia los 'Tres Sonetos' op. 54 de Joaquín Turina. Canciones de madurez donde el lenguaje del compositor español en la voz de la soprano suiza aparece ya asentado y con un claro dominio del equilibrio que establece entre el piano y la voz. Lenzin y Marston lejos del mérito que es adentrarse en el repertorio español destacaron por el gusto con el que trataron esas aún desconocidas páginas. Como entonces, cielo y tierra volverían a reconciliarse bajo el signo de Marston.

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