"En Sabor a Málaga se ha generado un sentimiento de orgullo"

Benalmádena por vez primera y Vélez-Málaga, tras una década de ausencia, han sido las dos últimas localidades de la provincia que han celebrado sus ferias agroalimentarias auspiciadas por Sabor a Málaga, marca de la Diputación Provincial. El presidente de la misma, Francisco Salado, analiza para El Delantal, la situación actual del consorcio, sus retos en un futuro a corto plazo, las próximas acciones promocionales y el momento del sector del campo malagueño

Francisco Salado, en la gala de los VI Premios El Delantal. / Álex Zea

22 ABR 2024 8:02 Actualizada 22 ABR 2024 12:00

Cada vez se celebran más Ferias Sabor a Málaga en las localidades malagueñas, la última que se ha incorporado ha sido Benalmádena y Vélez-Málaga celebra otra tras 10 años, ¿buena señal esta, no?

Las ferias comarcales son muy importantes para dar a conocer los productos malagueños entre los ciudadanos y están teniendo un éxito muy importante. Eso hace que cada vez sean más los pueblos y ciudades que muestran su interés en acoger este tipo de acciones, como es el caso, precisamente de Benalmádena y Vélez-Málaga, donde los productores han conseguido unas ventas notables y los vecinos y visitantes han tenido la oportunidad de disfrutar de unos días de feria agroalimentaria que dan mucha vida y generan un importante impacto económico.

¿Cuáles son los datos a día de hoy de Sabor a Málaga? Empresas adheridas, productos representados, previsiones de crecimientos, etc.

Los miembros de Sabor a Málaga se han convertido en una gran familia y eso es algo de lo que estamos muy orgullosos. Después de una década desde su creación, esta marca promocional engloba a en torno a 600 empresas de diversos sectores, ya que bajo este paraguas hay productos agrícolas, ganaderos, agroalimentarios y pesqueros cultivados, criados o elaborados en la provincia de Málaga. Pero no sólo eso, sino que también han conseguido el distintivo de Sabor a Málaga comercios de alimentación, establecimientos de hostelería y alojamientos. La diversidad de productos es enorme, porque tenemos la suerte de que en la provincia tenemos prácticamente de todo.

"Los productos de cercanía se identifican y se relacionan con la calidad"

¿Cómo ha ido el trabajo con la dirección de METRO, la compañía alemana mayorista internacional líder de productos de alimentación?

Sabemos que algunas empresas tienen interés y capacidad para exportar, y precisamente la internacionalización es uno de los retos que afronta la marca. No es nuevo, porque siempre hemos tenido la ambición de dar a conocer nuestros productos fuera de la provincia, pero es cierto que creemos que ha llegado el momento de dar pasos más firmes en ese sentido. Efectivamente, hemos estado promocionando Sabor a Málaga en Alemania, en Dusseldorf, y hemos tenido la oportunidad de darnos a conocer con la dirección de METRO, que es una compañía enorme, dueña de Makro: tiene 16 millones de clientes de 32 países en sus 628 tiendas, con un volumen anual de ventas de unos 30.000 millones de euros. La impresión ha sido muy buena, estoy convencido de que todo este trabajo irá dando sus frutos.

"La internacionalización es uno de los retos de Sabor a Málaga"

¿Qué próximas acciones promocionales nacionales e internacionales van a llevar a cabo en lo que queda de 2024?

Tenemos una agenda tremenda. Ya hemos celebrado tres ferias comarcales (Torremolinos, Benalmádena y Vélez-Málaga) y las próximas paradas serán en Nerja, Mijas, Antequera, Ronda y Rincón de la Victoria, a las que se sumará en diciembre la Gran Feria en Málaga capital. También hemos estado y estaremos en las ferias y salones agroalimentarios más importantes de España, como Alimentaria, Madrid Fusión, Salón Gourmets, Salón H&T, San Sebastián Gastronómika, Salón de la Alimentación del Atlántico (SALIMAT), Fenavin o Vinoble, y continuaremos promocionando nuestros productos en otros países, fundamentalmente europeos. Y, relacionado con la internacionalización, estamos trabajando con la Cámara de Comercio en un proyecto de formación muy interesante, con el que se ofrece asesoramiento a las empresas interesadas para que tengan éxito en ese reto, que no siempre es sencillo.

La apuesta por los productos de cercanía y la sostenibilidad no se negocia, ¿no es así?

Forma parte de la idiosincrasia de la marca, de su esencia, de sus orígenes. Y también es uno de los secretos del éxito, porque esa cercanía se ha relacionado con la calidad. Hemos conseguido prácticamente desde el principio generar un sentimiento de orgullo, el que se produce en los consumidores cuando piden productos Sabor a Málaga, y también en los hoteles y restaurantes, que los ofrecen a sus clientes como signo de distinción y excelencia. Queremos seguir avanzando en ese sentido porque es algo que enriquece a nuestros pueblos, les ayuda a fijar y retener población y, además, es muy valorado por los clientes, tanto los malagueños como los foráneos.

Los productores lo están pasando muy mal (sequía, aumento muy notable de los precios y de los costes, etc). ¿Qué les tiene que decir?

Que la Diputación está aquí para ayudarles, como llevamos haciendo todos estos años, que han sido muy complicados. Primero fue la pandemia y dieron la talla, estuvieron al pie del cañón, y después vino la invasión rusa sobre Ucrania, un incremento desorbitado de los precios de las materias primas, piensos y combustibles, y la sequía. Si ellos han estado –y siguen estando– cuando más les necesitamos, es justo que las administraciones les echemos una mano cuando las cosas se les ponen tan difíciles. En la Diputación hemos concedido varias líneas de subvenciones para empresas de los sectores agroalimentario, ganadero y pesquero. La última se aprobó en enero de este año por un importe de cinco millones de euros y benefició a un total de 675 empresas.

El Premio Sabor a Málaga recayó en Aceitunas Bravo / Álex Zea

¿Cree que está asegurado el relevo generacional de los productores malagueños? Las nuevas generaciones, ¿cree que quieren apostar por el sector primario?

Las condiciones, como estamos viendo, no son fáciles. Pero son muchas las familias que mantienen sus negocios de generación en generación, con un esfuerzo ímprobo pero también con mucha pasión y orgullo. Trabajamos para que la vida en los pueblos sea lo más cómoda posible, para que sus habitantes tengan todos los recursos y servicios que necesitan y, en definitiva, para que todos los malagueños tengan las mismas oportunidades independientemente del municipio en el que vivan, ya sea un pueblo pequeño o una gran ciudad, de interior o costero. La vida en un pueblo ofrece una calidad de vida indiscutible, pero es cierto que tenemos que sentar las bases para que los jóvenes vean futuro en el sector primario y se decidan a seguir con el negocio familiar o a iniciar sus propias iniciativas empresariales.

Es inevitable hablar de la falta de recursos hídricos, ¿cómo está siendo la colaboración entre la Diputación y los productores de la provincia para salvaguardar los productos agrícolas y ganaderos de Málaga?

La colaboración es inevitablemente buena. Ellos son los primeros interesados en este asunto y son muchos los que están estudiando la manera de hacer aún más sostenibles sus empresas, invirtiendo para maximizar el aprovechamiento del agua disponible. En la Diputación estamos haciendo un gran esfuerzo para mejorar las infraestructuras hídricas y de abastecimiento en la provincia, renovando las depuradoras y ayudando a los municipios a reforzar sus redes y conexiones. El problema del agua no se va a solucionar esperando a que llueva, por eso llevamos tiempo actuando. Pero es cierto que la provincia necesita cuanto antes infraestructuras que sobrepasan nuestras competencias, como las desaladoras de la Axarquía y de Mijas o el trasvase de Iznájar, que dependen del Gobierno de España y no pueden seguir esperando. Es urgente que se ponga manos a la obra cuanto antes.